Después de no haber escrito nada en mas de dos meses toca recapitular. El curso comenzó con ganas tanto por mi parte como por la de Diana que parece que está bastante centrada y sigue estudiando (al menos un poco) todos los días. El grupo de infantil presenta una novedad respecto a los de años anteriores: ¡hay chicos! De momento se sientan al fondo de la clase y aunque algunos participan en las discusiones que se plantean, todavía no puedo ratificar la teoría de mi madre de que los chicos que hacen magisterio infantil tienen más vocación y se implican más que las chicas. También es verdad que hasta ahora lo que les ha tocado es lidiar con las matemáticas más teóricas, veremos que pasa cuando lleguemos a la parte didáctica. En el grupo de primaria hay una docena que participa activamente en la clase y que muestra interés por la asignatura, otros 10 o 12 que asisten lo justo y no se involucran mas que si es obligatorio y el resto viene a clase a ver que les cuento. Los dos grupos tiene
Mi ventana al mundo o el agujerito por el que el mundo me puede ver