Otra vez aquí, aunque no hemos vuelto al trabajo todavía. Lorenzo tiene vacaciones hasta el martes pero yo me incorporaré mañana. Betanzos. Santiago. Estos días de relax y desconexión no me han cundido mucho. He avanzado menos de lo que me hubiera gustado, pero supongo que eso es normal. Por fin en lugar de volver el martes o el miércoles como teníamos previsto volvimos el jueves, la abuela, la tía, Chispas y yo en el coche y Lorenzo y Diana en el autobús. Para cuando ellos llegaron a la 1 de la madrugada yo ya había puesto la lavadora, había tendido la ropa y había cenado. El viaje no estuvo mal, se hace un poco largo pese a que las carreteras ya no son como las de antes y en unas 7 horas puedes estar aquí, y a los del autobús ¡imagínate! Llegaron un poco cansados y un mucho aburridos, sobre todo por las compañeritas de viaje. Antes de venirnos, el 25, nació Ariadna, la hija de Pablo y Rocío, pero no nos dio tiempo de ir a verla porque seguían en el hospital de Santiago cuando nos vin...
Mi ventana al mundo o el agujerito por el que el mundo me puede ver