Puede que parezca una tontería lo que voy a contar, pero para mí ha sido una liberación. Hace 10 años, recién leída la tesis, me afané en rellenar todos los papeles que pedía ANECA para la acreditación. Como una pipiola que era, a pesar de mis cuarenta añazos cumplidos, me ilusioné con que bueno, tenía un poco de todo, ya llevaba unos añitos dando clase, tenía un par de artículos buenos... el ayudante doctor seguro y el Contratado doctor casi también. Y no, resulta que no tenía méritos suficientes. A ver, que no es un drama, que a mucha gente se la deniegan en la primera solicitud, pero no sé por qué a mi me dejó hecha un higo. Sería por la época de mi vida, por el entorno o por lo que fuera me dolió mucho. Pero bueno, ya lo volveré a intentar, pensaba. El problema fue que, pasados los seis meses que tenían que pasar entre denegación y solicitud, cuando me planteé volver a solicitarla no veía que mi currículum hubiera mejorado lo suficiente y poco a poco me parecía cada vez más pob...
Mi ventana al mundo o el agujerito por el que el mundo me puede ver