Otra vez de cumpleaños. Hoy ha cumplido 10 años mi sobrino el mayor. A pesar de que estaba castigado sin fiesta, sus abuelos, tios y primos hemos ido a felicitarle y a llevarle nuestros regalos, y su padre había preparado unos emparedados por si las moscas.
Es un consuelo saber que el león no es tan fiero como lo pintan, y que no soy la única que se deja camelar (aunque solo sea un poco).
Esta semana, de tanto ordenador creo, me estaba doliendo el cuello un montón, y hasta me mareaba, pero he encontrado una solución. Mi cuñado Juanjo tiene un masajeador para el cuello con calor incorporado, que lo hemos probado en su casa y me lo ha prestado unos días. A ver si hace efecto.
Por fin parece que avanzo con la intro. Esta mañana he conseguido enlazar las álgebras de Cayley-Dickson con las de división, que es lo que me estaba volviendo loca por momentos, y ahora a ver si apaño lo que me queda. Puedo aprovechar mañana que tampoco tengo clase para currar en ella por la mañana, porque los días que tengo clase me paso las mañanas con la didáctica.
Me encantaría poder terminarla esta semana para la que viene quedar con Chema y darle la forma definitiva al conjunto. A ver si es verdad.
Lo que tengo totalmente abandonado, por lo menos hasta que deposite, son las labores y manualidades. Los regalos de Navidad este año tendrán que ser prefabricados.
El viernes se estiró Lorenzo e invitó a los amigos con hijos a cenar. Yo estuve toda la tarde en el despacho (currando) y el se curró todos los preparativos y la cena. No estuvo mal eso de no tener que pensar el menú, estos días no me da para pensar nada.
El sábado fuimos a cenar a San Sebastián, como solemos hacer todos los años por estas fechas. Pasamos una noche agradable con los amigos y el domingo paseamos por lo viejo y comimos unos pinchos como hace tiempo.
Es un consuelo saber que el león no es tan fiero como lo pintan, y que no soy la única que se deja camelar (aunque solo sea un poco).
Esta semana, de tanto ordenador creo, me estaba doliendo el cuello un montón, y hasta me mareaba, pero he encontrado una solución. Mi cuñado Juanjo tiene un masajeador para el cuello con calor incorporado, que lo hemos probado en su casa y me lo ha prestado unos días. A ver si hace efecto.
Por fin parece que avanzo con la intro. Esta mañana he conseguido enlazar las álgebras de Cayley-Dickson con las de división, que es lo que me estaba volviendo loca por momentos, y ahora a ver si apaño lo que me queda. Puedo aprovechar mañana que tampoco tengo clase para currar en ella por la mañana, porque los días que tengo clase me paso las mañanas con la didáctica.
Me encantaría poder terminarla esta semana para la que viene quedar con Chema y darle la forma definitiva al conjunto. A ver si es verdad.
Lo que tengo totalmente abandonado, por lo menos hasta que deposite, son las labores y manualidades. Los regalos de Navidad este año tendrán que ser prefabricados.
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