Siempre me ha encantado la víspera de Reyes. Regalos que comprar, paquetitos que preparar, prisas, a ver a que hora cierran esta tienda o la otra. Pero además hoy ha sido una mañana bonita. En el barrio hemos organizado, por segundo año consecutivo, una visita de sus majestades de oriente con degustación de chocolate y roscón, y allí hemos estado.

Los chavales se lo han pasado como enanos, primero con los caramelos que tirábamos para entretener la espera, después subiendo y bajando al escenario y luego con los balones que les entregaban los Reyes.
Mi hermano Nacho ha traido a Guillermo para que los viera de cerca, y había que ver su cara.

Luego por la tarde lo de siempre, correr, correr y correr, y eso que este año no pretendíamos ir a la cabalgata... Hemos vuelto a casa cerca de las 10, y había que envolver un montón de regalos, unos para dejarlos debajo del árbol (hoy no hemos tenido tiempo de limpiar los zapatos) y otros para llevarlos a casa de los Sedano, a donde hemos llegado a la 1 de la madrugada. Allí estaba mi suegri envolviendo y preparando también, y hemos estado un poquito con ella echándole un cable y de conversación hasta que ha llegado Diana.
Como cuando hemos vuelto ya habían venido los Reyes a casa, Diana no se ha podido resistir a la tentación de abrir uno de sus paquetes, que contenía una bufanda mullidita.
Otra cosa que me encanta es ver a la gente contenta y agradecida por algo que yo haya hecho, y hoy se ve en su cara.
Los chavales se lo han pasado como enanos, primero con los caramelos que tirábamos para entretener la espera, después subiendo y bajando al escenario y luego con los balones que les entregaban los Reyes.
Mi hermano Nacho ha traido a Guillermo para que los viera de cerca, y había que ver su cara.
Luego por la tarde lo de siempre, correr, correr y correr, y eso que este año no pretendíamos ir a la cabalgata... Hemos vuelto a casa cerca de las 10, y había que envolver un montón de regalos, unos para dejarlos debajo del árbol (hoy no hemos tenido tiempo de limpiar los zapatos) y otros para llevarlos a casa de los Sedano, a donde hemos llegado a la 1 de la madrugada. Allí estaba mi suegri envolviendo y preparando también, y hemos estado un poquito con ella echándole un cable y de conversación hasta que ha llegado Diana.
Como cuando hemos vuelto ya habían venido los Reyes a casa, Diana no se ha podido resistir a la tentación de abrir uno de sus paquetes, que contenía una bufanda mullidita.
Otra cosa que me encanta es ver a la gente contenta y agradecida por algo que yo haya hecho, y hoy se ve en su cara.
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