Hace ya tres años que no estás aquí. Desde que te fuiste ha habido muchas ocasiones en las que te he echado de menos, y esta pasada semana ha sido una de ellas. Se que habrías disfrutado como nadie del nacimiento, y nos habrías tranquilizado a todos, y te habrías preocupado como el que más, y a estas alturas estaríamos preparando algo (tal vez unos pimientos rellenos) para celebrar el próximo finde mi cumple y la llegada a casa del chiquillo, y ... Se que Fabi también te ha recordado estos días. Le habría gustado ver tu cara al otro lado del cristal. Puedes estar orgulloso del legado que dejaste. Tu huella sigue en cada uno de nosotros y te echamos de menos.
Mi ventana al mundo o el agujerito por el que el mundo me puede ver