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De vuelta a casa.

Esta Semana Santa, como casi todas en los últimos años, la hemos pasado en Mercurín.


Nos fuimos de novios, con ganas de relajarnos y desconectar, que falta nos hacía, y aunque me llevé papeles y el ordenador y algunas cosas que hacer se ha venido la mochila sin abrir. Lo único que hemos hecho ha sido disfrutar de la tranquilidad de la aldea, el "buen tiempo", la familia y la fiesta. Ninguna queja.
El jueves lo pasamos viajando y el viernes nos dedicamos a remolonear, contemplar el fuego y dejar pasar el lluvioso día.

El sábado fuimos a Pontevedra. Aprovechamos el soleado día para recorrer las calles de la ciudad y de vuelta a Ordes cenamos en O Castro. Pasamos un día estupendo.

El domingo sesión vermú, comida en Carracedo, café y sobremesa, cena en la Casa Nova y verbena, con Canadá 20133, hasta no muy tarde. El lunes fiesta de nuevo en honor a Santa Lucía. La lluvia hizo acto de presencia desde por la mañana, y aunque salió un poco el sol después de la misa para que los gaiteros empezaran a tocar, tuvieron que terminar la actuación debajo del bochinche.
Después la tarde fue amenizada por el duo Omega (Manolo e Manola) que fueron, como todos los años, la sensación de la fiesta. Esa mujer es la energía personalizada y cada año tiene más marcha. Hizo bailar a la concurrencia hasta que ya se hizo hora, pasada, de ir a comer.
El martes volvimos a Pontevedra a por la moto (si, ahora tendré moto en la aldea) y volvimos de ruta turística con ella. La suerte estuvo de nuestro lado (sobre todo del mío que era la que la conducía) porque nos acompañó el sol durante casi todo el camino.
Paramos en Santiago para darle un respiro a la chiquilla y aprovechamos para ver la exposición de Imaginary que, como ya preveía, me encantó. Sólo le pongo un pero. En el afán por traducir todo lo traducible se pasaron y tradujeron Al-Kwarizmi por Ao-Kwarizmi. Un fallo lo tiene cualquiera ¿no?

El miércoles el regreso fue tranquilo. Después de recoger la casa y despedirnos de la familia salimos de allí sobre las 3 y media y paramos en Abegondo a comprar la caña, en Valcarce y en Olmillos de Sasamón a tomar café y en Bribiesca a cambiar de chofer, y a las 11 de la noche estábamos en casa ya.

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